El pasado fin de semana del 23 y 24 de febrero nos desplazamos Javier Larequi, Juan Carlos Sánchez y yo a Quintanilla del Agua, un municipio cercano a Lerma donde hay un hide para carroñeras, "Las Renovillas" que, aunque había leído algo de él y había visto alguna fotografía, yo no había visitado aún.
Llegamos al mediodía y allí estaba esperándonos nuestro anfitrión Manuel Mata, "Lolo". Lo primero que hizo fue llevarnos a comer dando un paseo con el coche viendo los paisajes de los alrededores, con esas encinas solitarias y centenarias, robles, sabinas y extensos campos de labor que te permiten ver a lo lejos a algunos de los animales que habitan por allí, como descubrimos esa misma tarde con la cantidad de corzos que nos deleitaron con su presencia. Pasamos por las bodegas de Quintanilla del Agua, curioso e interesante sitio que me pide una fotografía nocturna a gritos al igual que todas esas encinas que ví durante el fin de semana. Y nos llevó tambien al hide para enseñarnoslo y contarnos qué y cómo podriamos hacer nuestras fotos la mañana del domingo. Todo esto amenizado con unas buenas e interesantes charlas sobre el lugar, la fauna, etc.
Después de una comida de lujo, nos acercamos a Ura, un pequeño pueblecito desde el que parte o al que llega según como se mire, un desfiladero que une este pueblo con Castroceniza y que talla el río Matavieja. Un recorrido por un lugar precioso de unos 7 kilometros de longitud que nosotros al no disponer de tiempo no hicimos completo. Me lo guardo para la siguiente visita.
Para finalizar la ruta del sábado "sólo" nos quedaba cenar e irnos a descansar. Lo pongo entre comillas porque de nuevo comimos como reyes. Todo espectacular.
El domingo a la mañana siguiendo los consejos de Lolo de no entrar al hide muy temprano, aprovechamos para acercamos hasta La Yecla en Santo Domingo de Silos. La Yecla es un desfiladero de unos 600 metros de longitud por el que discurre una pasarela de hormigon sobre el río que discurre por ella y que tiene tramos estrechísimos, parece que casi puedes tocar la pared de enfrente con las manos. De ahí nos dirijimos a otro lugar donde Lolo tenía localizada un águila real y que por suerte pudimos ver, a traves del telescopio, vigilando su territorio con ese porte tan magnífico que tiene.
Tras esta otra ruta nos acercamos finalmente al hide, a hacer la sesión de buitres.
Sobre el hide y el tipo de fotos que se pueden hacer allí, que contar. Es una maravilla. Creo que no hay, o al menos yo no conozco, en la zona norte un hide para buitres que dé tanto juego. Para empezar la situación del hide hace que acudan una cantidad de buitres increible, cientos de ellos. Además, una vez dentro, los puedes ver perfectamente donde se posan antes de entrar a comer, como llegan con esos aterrizajes que tienen tan impresionantes y como se pelean por llevarse un bocado al pico.
Otra de las cosas que tiene el hide es que dispone de dos cristaleras, una a la altura convencional y otra a ras de suelo para hacer tumbing. ¿Y qué es lo bueno de esto? Pues que el lugar dispone de una balsa estacionaria donde con un poco de suerte y con la cámara a ras del agua puedes fotografiar a los buitres bañándose y a los milanos haciendo picados sobre el agua.
En nuestra sesión tuvimos suerte y fue completa, hubo una gran cantidad de buitres, peleas por la comida, picados y vuelos acrobáticos de los milanos reales, baños del buitre leonado y la presencia de cinco buitres negros nada más y nada menos.
Si queréis fotografías de carroñeras diferentes a las que se suelen ver habitualmente, acercaros a este lugar, sin ninguna duda. Y no os preocupeis que si no tenéis suerte y no se bañan, seguiréis yéndoos con buenísimas fotografías y además habréis disfrutado del buen hacer y de la sabiduria de Lolo, que de verdad da gusto ver como hace las cosas y escucharle.
"Las Renovillas", quedaros bien con este nombre porque creo que vamos a ver muchas y muy buenas fotografías de este lugar.